Por Susy Inés Bello Knoll y Mariano Russo

Introducción 

El camino para llegar a la responsabilidad social tecnológica tiene para nosotros algunas etapas que debemos contar. Por ello nos hemos propuesto hacer tres pequeñas entregas que llamamos así: la primera: el Elefante o el Estado; la segunda, ésta, la Hormiga o la Empresa, y la última, el Ratón o la Tecnología.

La Hormiga o la Empresa

El Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española indica que la empresa es una unidad de organización dedicada a actividades industriales, mercantiles o de prestación de servicios con fines lucrativos.

Hemos dicho en la Primera Entrega que durante miles de años nuestra especie ha vivido en grupos pequeños que compartían éxitos y fracasos cotidianos.

Allí, la cooperación explícita o directa era la única clase de participación que podía tener lugar[1].

Por ello, no cabe duda la veracidad de la afirmación de que el elemento crucial que ha permitido la prosperidad de las naciones ha sido la interacción entre los individuos dentro de una sociedad organizada[2].

Las hormigas son insectos sociales que se caracterizan por la división del trabajo, cooperando e interaccionando entre sí persiguiendo un objetivo común. En este sentido, como la hormiga, el hombre ha creado comunidades de trabajo, organizaciones que hemos definido como empresas, donde no sólo se dedica a las actividades descriptas con un fin de lucro sino que además vive buena parte de su vida.

El hombre, dentro de la empresa, desarrolla su trabajo no sólo para lograr su sustento cotidiano sino para desarrollar sus capacidades, compartiendo con otros hombres el anhelo de ser felíz[3].

En el esfuerzo cotidiano desplegado en el ámbito de la empresa, se pueden fortalecer los valores personales y los comunitarios y, en fin, la suma del aporte de todas las empresas, desde sus diferentes esencias, pueden lograr ayudar al Elefante.

Con el mero sacrificio no se logra nada, se necesita algo más. Coordinación, capacitación e innovación. Llevar adelante una empresa sustentable no es un desafío fácil pero no es imposible.

Las ciencias de la administración han desarrollado variadas herramientas para ayudar a los empresarios, entendiendo a éstos como aquellos que ejercitan profesionalmente una actividad económica organizada con finalidad de producción o intercambio de bienes o servicios[4].

La tecnología ha venido en ayuda de los procesos empresariales pero desintegrada del resto de la organización realmente no suma. Al contrario. La tecnología no puede por sí sola solucionar la falta de liderazgo, de ideales, de valores, de iniciativa, de responsabilidad, de motivación o de control. Justamente los primeros pasos que se dieron desde la informática, fueron en las estructuras de administración bancaria. Hoy, toda empresa tiene su área de sistemas de información. Muchas de estos entes, tienen un sistema por centro de trabajo. Es decir: compras tiene su sistema que difiere del sistema de ventas.

A medida que se avanzó en la implementación de procesamiento de información computarizados, se desarrollaron sistemas de cómputo que pudieran procesar todo el volumen que resultara crossover al organigrama de la empresa. Es así que nace el concepto de la información en su contexto, que en su aplicación dentro de la informática es la base de dato relacional[5] se busca, entonces, implementar soluciones tecnológicas que puedan procesar la complejidad de datos que maneja una organización armonizando a la empresa con su entorno en plena acción. El dato ya no resulta aislado sino que es una relación de procesos y sucesos[6]. Hoy en día, estamos convencidos, es imposible pensar en una empresa sin el agregado de valor que resulta de la implementación de herramientas tecnológicas. Estos instrumentos son necesarios tanto en los sistemas de administración como en los contables como en los de recursos humanos. En este último caso podemos  citar las soluciones que están implementando algunas firmas, sobre la idea del teletrabajo ó homeoffice (trabajar desde tu casa). Este forma de conceptualizar el trabajo hogareño nace con el advenimiento de la arquitectura del Cloud Computing ó Computación en la Nube[7] que permite el acceso a toda nuestra información de trabajo conjuntamente al acceso a las herramientas de gestión.

Veamos como sería posible integrar en esta selva al Elefante, a la Hormiga y al Ratón! Vamos por él!