Por Susy Bello Knoll para AMSOAR. Domingo 28 de junio de 2020.
El hombre es un ser social es una afirmación que viene desde la Antigua Grecia. Más que nunca se siente el valor de este concepto en medio de un aislamiento social obligatorio.
He dicho que luego de la pandemia seguramente se construirá un nuevo paradigma distinto al anterior y tanto María Ramallo como Brenda Schebesta han compartido esa idea reafirmando que se debe pensar en un mayor compromiso en las cuestiones de género y un incremento de la responsabilidad social.
Todos hemos sido llamados a ejercer una acción individual que sume a la tarea global de lograr alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Pero también existe la posibilidad de, en el marco del objetivo 17, asociarse con otros.
En su Contrato Social (1792), Jean-Jacques Rousseau describió una comunidad ideal de ciudadanos libres, viviendo en una pequeña ciudad-estado, donde la democracia sería practicada directamente por la gente. Rousseau sabía que jamás había habido y jamás habría una democracia comprehensiva o completa. Obviamente, la gente no podría permanecer continuamente reunida, brindando todo su tiempo y energía en forjar cada decisión de política pública pero, sin embargo, podía poseer distintos mecanismos para su participación. Asociarse es uno de ellos.
Así, los seres humanos, en ejercicio de su libertad, sin ser compelidos a asociarse en contra su voluntad, han sostenido la interacción social a través de la asociación libre con iguales o diferentes para fines específicos.
Quizás este sea el tiempo para pensar si el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible es posible de alcanzar en solitario o merece también sumarle un trabajo en equipo.
Descargar PDF: Solos y con otros